CHJ

Confederación Hidrográfica del Júcar

La Confederación Hidrográfica del Júcar es un organismo autónomo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Las funciones encomendadas a este organismo son las siguientes:

  • La elaboración del plan hidrológico de cuenca, así como su seguimiento y revisión.
  • La administración y control del Dominio Público Hidráulico.
  • La administración y el control de los aprovechamientos de interés general o que afecten a más de una comunidad autónoma.
  • El proyecto, construcción y explotación de las obras realizadas con cargo a los fondos propios de Organismo y las que les sean encomendadas por el Estado.
  • Las que se deriven de los convenios con comunidades autónomas, corporaciones locales y otras entidades públicas o privadas, o de los suscritos con los particulares.

El plan hidrológico de cuenca, se establece como el instrumento principal mediante el cual, la Directiva Marco del agua alcanza sus objetivos en materia de política de aguas y medioambiental, entre los que se encuentra la consecución del buen estado de todas las masas de agua.

La Albufera de Valencia, definida como masa de agua en la categoría de lago, forma parte de un humedal de incalculable riqueza, que presenta una gran variedad de hábitats que permiten la existencia de una extraordinaria diversidad de especies de fauna y flora.

Situada en la plana costera de Valencia, el humedal abarca unas 21.200 hectáreas, aunque su extensión ha disminuido en los últimos siglos. La importancia ecológica de la Albufera de Valencia fue reconocida mundialmente al ser incluida en 1989 en la lista de sitios Ramsar, humedales de importancia internacional. Además está incluida en el Inventario Nacional de Zonas Húmedas y forma parte de la Red Natura 2000.

Los valores de su ecosistema, su ubicación geográfica y su influencia socioeconómica hacen de la Albufera un enclave de referencia en las actuaciones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Dada la importancia de la laguna, el entonces Ministerio de Medio Ambiente organizó y dirigió el “Estudio para el Desarrollo Sostenible de L’ Albufera de Valencia” (http://www2.chj.gob.es/programaAlbufera/index.html), con un presupuesto de 2,52 millones de euros. Se planificó un proceso de trabajo y participación pública que concluyó en octubre de 2004, aprobado por unanimidad de todos los participantes, incluida la administración local y autonómica, las universidades, organizaciones agrícolas y ecologistas y por supuesto el Ministerio de Medio Ambiente, y que permitió diseñar y programar una serie de actuaciones.

Las unánimes recomendaciones del estudio indicaban que la Albufera de Valencia está lejos de su buen estado ecológico como consecuencia de entradas excesivas de materia orgánica y nutrientes inorgánicos, siendo necesario tener en cuenta tanto los aportes de unos requerimientos hídricos como la calidad de dichos aportes.

En los últimos años, como consecuencia de un gran esfuerzo de inversión en distintas actuaciones, entre las que cabe destacar el desarrollo de los Planes de Saneamiento y Depuración, los vertidos sin depurar se han reducido de una forma muy importante, lo que ha supuesto una reducción en la carga de nutrientes y materia orgánica y, en consecuencia, una reducción en el fitoplancton Esta mejora de la calidad de los aportes hídricos supone una cierta tendencia a la baja en las concentraciones de clorofila-a, a pesar de que sigan obteniéndose valores medios anuales altos. Sin embargo, los efluentes de las EDAR han crecido significativamente desde principios de este siglo y éstos pueden contribuir a que no se alcance el buen estado ecológico si llegan a la Albufera con unas concentraciones de fósforo no adecuadas.

En la actualidad el lago es un sistema hipertrófico. El zooplancton es reducido comparado con la gran cantidad de fitoplancton y no existe vegetación sumergida, elemento clave para el buen funcionamiento y regulación del sistema. Hay que añadir a ello la pobreza de la fauna béntica y de la asociada a las plantas, así como la desaparición o drástica reducción en el lago de especies de gran importancia ecológica.

La mayoría de los expertos coinciden en que la calidad ecológica del sistema en los años sesenta constituye un modelo a alcanzar en el futuro, aunque entienden que no es viable reproducir íntegramente el funcionamiento hídrico del sistema de aquellos años, debiéndose la calidad biológica referirse a un máximo potencial ecológico.

Para la consecución del buen potencial ecológico en l’Albufera de Valencia, las distintas administraciones públicas están realizando un importante esfuerzo inversor con el desarrollo de actuaciones que, en su conjunto, alcanzarán los 170 millones de €.

Las medidas que se están desarrollando pueden agruparse en dos ejes de actuación: la reducción de la entrada de carga contaminante y la mejora de las condiciones hidromorfológicas.

Además deberán analizarse las ventajas e inconvenientes de posibles alternativas de actuación a las ya establecidas, como por ejemplo: finalizar la ejecución de actuaciones actualmente en marcha en materia de saneamiento, aumentar la restricción de los parámetros de calidad en la autorización de vertido a zonas sensibles, posible utilización de flujos de agua y especialmente métodos de lavado (flushings) como método para combatir crecimientos explosivos de fitoplancton, analizar propuestas y adoptar decisiones sobre la integración de los humedales artificiales existentes en la gestión de las aguas del lago de l’Albufera o avanzar en el conocimiento de los efectos del fósforo existente en los sedimentos de la Albufera sobre los ecosistemas del lago, entre otras alternativas de actuación.

El desarrollo de las alternativas anteriores representa un coste económico importante y una mayor complejidad en la gestión del lago pero pueden contribuir a alcanzar el objetivo ambiental establecido para el lago de la Albufera, que es alcanzar el buen potencial ecológico.

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